Orar a Juana de Arco
Para llegar a una estimación justa del carácter de un hombre renombrado uno debe juzgarlo por los estándares de su tiempo, no los nuestros. A juzgar por los estándares de un siglo, los personajes más nobles de uno anterior pierden mucho de su brillo; a juzgar por los estándares de hoy, probablemente no haya ningún hombre ilustre de hace cuatro o cinco siglos cuyo carácter pudiera superar la prueba en todos los puntos. Pero el personaje de Juana de Arco es único. Puede ser medido por los estándares de todos los tiempos sin recelo o aprensión en cuanto al resultado. Juzgado por cualquiera de ellos, juzgado por todos ellos, sigue siendo impecable, sigue siendo idealmente perfecto; sigue ocupando el lugar más elevado posible para el logro humano, un lugar más elevado que el que ha sido alcanzado por cualquier otro mero mortal. Orar a Juana de Arco Cuando reflexionamos que su siglo fue el más brutal, el más malvado, el más podrido de la historia desde las épocas más oscuras, nos quedamos